Hidratar la piel tras la ducha es importante para mantenerla en un estado óptimo y prolongar su juventud durante más tiempo. La piel está formada por tres capas que son la epidermis, la más externa, la dermis, que es la capa subyacente y el tejido subcutáneo. Cuando la epidermis no contiene suficiente humedad la piel se siente áspera y pierde su elasticidad.
Cuando la piel no dispone de la hidratación adecuada puede debilitarse, sintiéndose roja, escamosa e inflamada, incluso pueden acentuarse las líneas de expresión y arrugas existentes o favorecer la aparición de otras nuevas.
Otro efecto colateral de la falta de hidratación es el exceso de grasa, pues ante la sequedad extrema las glándulas sebáceas de la piel reaccionan incrementando su actividad y por lo tanto, favoreciendo la aparición de granos y espinillas.
Cómo mantener la piel hidratada después de la ducha
Dependiendo del tipo de piel podemos encontrar en el mercado una extensa gama de productos destinados a la hidratación y cuidado. Además de la cosmética, beber suficiente agua es fundamental para favorecer la absorción de humedad y la elasticidad de los poros para sorber los productos cosméticos y que sus principios activos penetren en la epidermis.
El mejor momento para aplicar una crema hidratante o loción corporal es al salir de la ducha. Pues es el momento en el que los poros se dilatan y permiten absorber una mayor cantidad de producto.
Aplicar un limpiador antes de la crema facial también favorece la absorción, pues al retirar la suciedad y grasa acumuladas la crema podrá sorberse más fácilmente actuando como un escudo barrera para evitar la pérdida de hidratación. Los resultados deberían comenzar a apreciarse tras el uso continuado.
Las pieles más resecas en las que se puede apreciar una mayor pérdida de hidratación pueden utilizar una pomada reparadora o bálsamo emoliente varias veces al día.
El aceite de rosa mosqueta es el producto más indicado para combatir el envejecimiento prematuro de la piel y los primeros signos de la edad. Además al ser un producto de cosmética natural es ampliamente recomendable para pieles sensibles, con dermatitis o escasa tolerancia a los principios activos que contienen muchos cosméticos de fórmula.
El agua termal se ha impuesto durante los últimos años como un cosmético de gran importancia en el uso diario para preparar y condicionar la piel para posteriores productos y antes del maquillaje. El formato estándar de este producto cosmético destinado al cuidado personal suele ser en spray. Esto facilita su utilización en cualquier ocasión y lugar. Pues permite refrescar el rostro en unos pocos segundos para revitalizar el maquillaje, la piel de aspecto cansado y se puede llevar en el avión.
Muchas aguas termales también están enriquecidas con magnesio y manganeso que tienen un efecto antioxidante sobre las membranas celulares y funcionan activamente contra la radiación solar. El cobre, el selenio y el zinc que se incluyen en muchas otras formulaciones tienen un efecto cicatrizante, por lo que además de hidratar también puede utilizarse para rozaduras superficiales y para los sarpullidos de los niños. Lo que convierte a este producto cosmético en un multiusos del cuidado de la piel para toda la familia.
Quieres prefieran los aceites naturales, el aceite de almendras es el más indicado para todo tipo de pieles, aunque son especialmente las pieles normales y secas las que más se benefician de sus propiedades hidratantes y emolientes. Por su acción reparadora, el aceite de almendras también es comúnmente utilizado para aliviar quemaduras de todo tipo.
Aquí concluyen nuestras recomendaciones para hidratar la piel después de la ducha. No obstante, recuerda que los mejores resultados siempre se consiguen mediante la constancia y la experimentación, pues no todos los tipos de pieles reaccionan igual a los diferentes productos cosméticos disponibles en el mercado.