Los más comunes, picaduras y tratamiento.
Según se acerca la época estival, cada año, vamos repasando lo que más nos gusta de esta estación.
Nuestras mentes vuelan a lugares que recordamos o a los que planeamos ir. A nuestro olfato llegan olores conocidos que estamos deseando rememorar, incluso personas que durante todo un año han estado desaparecidas y que brotan en nuestras redes sociales, en nuestros teléfonos y que nos van haciendo sentir que el descanso y la diversión están llegando.
Pero también empezamos a plantearnos la parte negativa del verano: el calor, el camping con los cuñados, la playa con la suegra y los insectos ¿A que en no pocas ocasiones han aparecido en tu mente? Pues hoy no vamos a hablar de los familiares de veraneo, sino de los insectos y sus consecuencias.
La más común, sin duda, es esa noche en la que cuesta conciliar el sueño, normalmente por el calor, pero que cuando al fin lo vas a conseguir aparece él: el mosquito
Posiblemente sea el protagonista del verano, en cuanto a insecto se refiere, sin olvidar a la mosca, aunque hoy el espacio va dirigido a picaduras y ahí ellas no tienen lugar.
Burbujita en la piel que no llega a ser a ampolla, enrojecimiento y picor localizado, nada que no se pueda tratar con una crema. Si la reacción a la picadura viniese acompañada de fiebre, incluso dolores en las articulaciones, debería acudir al centro médico más cercano, podría deberse a que hay una infección.
Avispas y abejas: Aquí entramos en otro tipo de insectos, mucho más temidos sin duda aunque por lo general también suelen ser inofensivas. La diferencia que encontramos entre ellas es que mientras la avispa es capaz de picar varias veces, la abeja lo hace una sola vez, ya que pierde su aguijón (ante su picadura comprobar siempre que se ha extraído de nuestra piel, sino hacerlo con unas pinzas).
El dolor es intenso y agudo tras la picadura, la zona se enrojece pero solo si es alérgico debe acudir rápidamente al médico, si ese no es su caso tranquilo,lave la herida y aplique un hielo envuelto en un paño.
Medusas: Un gran día de playa puede ser estropeado si tropiezas con una, mientras disfrutas de tu baño en el mar. El picor y dolor aparecen inmediatamente después de la picadura, la medusa inocula su veneno en nuestra piel y la sensación de quemazón no pasa desapercibida, lavar con suero fisiológico o en su lugar agua salada (nunca dulce) es el primer paso.
Una de las cosas a tener en cuenta es que no quede ningún trozo de tentáculo. Si lo hubiera, hay que quitarlo con unas pinzas y aplicar hielo sobre la lesión causada (nunca directamente en la piel, siempre envuelto en un paño). Si el dolor y la reacción en la piel persisten, se puede recurrir a un antihistamínico y un analgésico
Pulgas: Su picadura se distingue de las otras con mucha facilidad, ya que no es aislada sino que aparecerán 3 o 4 bultos pequeños de color rojo, muchas veces en forma de zig zag. Su picor es persistente e intenso. La primera medida es lavar con abundante agua y jabón, secar sin frotar, dando toquecitos y después aplicar alguna crema de calamina.
Chinches: En el caso de que le piquen, nos encontramos ante un hecho extraño, ya que algunas personas ni siquiera son conscientes, ni advierten el ataque a no ser que vean una pequeña lesión en su piel, por el contrario otras tienen una reacción más que molesta.
En la segunda circunstancia se producen grandes erupciones, picazón, dolor intenso y formación de ampollas. La mejor forma de ganar la partida es con la higiene (algo que no les gusta nada a estos bichitos),agua y jabón en la zona afectada y algún antihistamínico incluso antiinflamatorio si lo cree necesario.
Arañas: A pesar de su aspecto, que en muchas ocasiones llega a crear incluso una fobia, estamos hablando a priori de seres bastante inofensivos. Normalmente no suelen picar y si lo hacen es porque se sienten atacadas. Lesiones leves, enrojecimiento de la piel y poco más, como en la mayoría de casos lavar es fundamental, aplicar hielo o alguna compresa de agua fría y en principio puede ser suficiente. Si el dolor o la hinchazón son importantes, acudir al médico por si estuvieras teniendo una reacción alérgica, sobre todo en niños.
La fama de peligrosas se la han ganado gracias a alguna especie determinada: viuda negra y reclusa parda. La primera vive sobre todo por el sur de EEUU, es de las más peligrosas y su picadura tiene unos claros síntomas: hinchazón, fiebre, escalofríos, dolor abdominal, náuseas, rigidez, etc.
En el caso de la reclusa, la zona afectada se puede tornar en un color azul o morado y en ocasiones enmarcado en un anillo rojo. En cualquiera de los casos, la atención médica será primordial.
Estos son algunos de los ¨molestos vecinos¨ que no queremos tener estas vacaciones. A veces es muy complicado no encontrarnos con alguno de ellos, pero sí que podemos, en la mayoría de los casos, prevenir sus picaduras sobre todo en los niños. Fundamental no olvidar en la maleta repelentes infantiles y de adultos, no acercarse a ningún enjambre, mirar a su alrededor en el mar, cuidar mucho la higiene de toallas, sábanas y colchones… aunque sin obsesionarse.
Toca disfrutar del verano.