Tus manos hablan de ti, son una carta de presentación inequívoca, pueden desvelar tu edad, tu forma de trabajo, incluso si eres cuidadoso o no.
En nuestro ritual de cuidados, muchas veces son las grandes olvidadas, también en la parte de la prevención. Están continuamente expuestas a la climatología y a la manipulación de agentes agresivos, que afectan a la piel.
Detergentes, alcohol, falta de vitaminas, cambios bruscos de temperatura, tabaco, sol…Son algunos de los factores que afectan a nuestras manos.
¿Cómo cuidar las manos?
Lo primero que debemos hacer es prevenir, no hay que llegar a tenerlas resecas, o a notar la aparición de manchas y flacidez, para cuidarlas.
La exfoliación va a ser clave en el cuidado, ya que con ella eliminamos las celulas muertas, que se acumulán en la capa externa de la piel y que dan sensación de aspereza.
Hacerlo con productos naturales es lo más aconsejable, una forma sencilla y económica, que debemos repetir una vez a la semana.
Un poquito de aceite y azúcar o sal, es una excelente manera de exfoliar, también limón y azúcar, masajear y enjuagar con agua tibia.
La hidratación va a ser otra gran aliada, pero debemos hacer de ella una rutina, al igual que con la facial.
Elegir una crema adecuada, que no sea demasiado grasa para que no moleste, ni deje residuos. Lo ideal sería aplicarla tras lavar las manos y secarlas correctamente, pero si no lo hacemos así, como mínimo una vez al día.
La noche, puede ser un buen momento, justo antes de ir a dormir, la acción regeneradora es importante.
No debemos lavarnos las manos, con productos agresivos que contengan alcohol o perfumes químicos, los jabones neutros y naturales, deben ser los habituales.
En las tareas cotidianas, como fregar la vajilla, limpiar o repostar en una gasolinera, debemos usar guantes, para protegerlas del contacto, con agentes perjudiciales.
Las manos son piel, como el resto del cuerpo, así que cuando vayan a estar expuestas al sol, tenemos que protegerlas igual.
Una de las cosas que más preocupan, que denota la edad y falta de cuidado son, las manchas. Recurrir a un producto específico es posible, pero sobre todo, hay que prevenir la aparición.
El frío y el viento causan un gran perjuicio, resecan y agrietan la piel de las manos, protegerlas debe ser la primera opción.
En momentos así, hay que extremar el cuidado, usando cremas más nutritivas o que cumplan los parámetros necesarios, como reparar las grietas.
Vaselina, aceite de Argán, Aloe Vera, aceite de Rosa Mosqueta, manteca de Karité o aceite de oliva, van a ser recursos muy positivos, durante esta época.
Un truco que va a ayudar es, aplicar por la noche el producto escogido y ponernos unos guantes para dormir, los más apropiados son los de algodón. Notaremos la mejora en pocos días.
La calefacción y los cambios bruscos de temperatura, también pueden resecar, la piel de nuestras manos.
Hay personas que tienen las manos frías siempre, en cualquier estación del año, puede ser un claro síntoma de problema circulatorio. Además del tratamiento indicado por el médico, podemos hacer algunas cosas para activar el riego sanguíneo:
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Sumergir las manos en agua fría y agua caliente, de forma alterna, durante unos minutos.
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Masajear las manos, usando algún tipo de aceite (jengibre) o crema, que aporte calor. Hacerlo un par de veces diarias.
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Usar guantes de algodón o lana
La alimentación va a ser factor importante, debemos llenarla de fruta, verdura, legumbres, frutos secos y aceite de oliva.
La prevención y el cuidado, va a ser algo muy satisfactorio, porque nuestras manos son muy agradecidas.
Los demás también lo agradecerán, cuando les estrechemos la mano o los acariciemos.
Merece la pena.