COMBATE LOS SIGNOS DEL FRÍO

Definitivamente el invierno se ha instalado y aún quedan muchos días por delante, así que toca prevenir y reparar los estragos.

La sequedad de la piel es el gran problema, al que nos enfrentamos. Uno de los primeros síntomas, de que algo va mal es el enrojecimiento, sobre todo de zonas como la nariz y los labios.

La prevención es siempre la mejor opción, aunque bien es cierto, que no todas las pieles reaccionan igual y que depende mucho de la sensibilidad.

En términos generales, hay unas pautas que seguir y que van a evitar en gran parte, el sufrimiento de la epidermis.

  • Evitar los cambios bruscos de temperatura: Una gran enemiga de la piel es la calefacción. La sequedad del ambiente es un factor muy perjudicial, sobre todo si es de forma directa, tener un humidificador puede ser una solución, en caso de no poder evitar estar expuestos mucho tiempo, a la estufa o calefactor.

Si además cuando estamos en interior, nuestra piel está expuesta a un calor sofocante y al salir, se enfrenta al frío (20º de temperatura de diferencia), el perjuicio es mayor.

Lo idóneo es intentar que el clima no sea tan extremo y no olvidar que nuestra piel, necesita humedad.

  • Beber agua: Puede parecer que el agua es necesaria, solo en épocas de calor, pero no es así.

La hidratación es la base fundamental de nuestro organismo, es imprescindible para el funcionamiento de muchas cosas y sin duda, para la dermis.

La piel es un reflejo, de todo lo que pasa en el interior y si riñones, hígado o pulmones no están bien, la factura también la pagará.

Aunque no nos apetezca beber, tanto como cuando hace calor, podemos aprovechar para tomarla en infusiones

  • Cuidados específicos: Durante esta época del año, hay que tomar medidas drásticas, para paliar los fenómenos a los que nuestra piel está expuesta.

Exfoliar es básico en el día a día, no solo en la cara, las manos, codos, rodillas, talones…Hay que ayudar a regenerar las células muertas, como mínimo una vez a la semana.

Los labios son unos grandes perjudicados, tanto en verano, como en invierno. Su piel sufre mucho con las agresiones externas y necesitan de cuidado especial.

También la exfoliación supone parte de su tratamiento, con un cepillo suave (cepillo de dientes), se frotan y eliminamos las pieles muertas. Después usaremos un producto para reparar.

La piel de la cara y manos es la más expuesta, por ello el cuidado debe ser mayor.

En estos días la hidratación ha de ser doble y constante, hay que nutrir y regenerar, así que no podemos olvidar el hacerlo mañana y noche.

Las cremas son distintas, la de mañana debe aportar agua y formar una barrera, que impida agresiones. El factor de protección solar, no deja de ser indispensable y que es vital, que las células respiren.

Por la noche tiene mucha más importancia, la reparación y sobre todo aportar elasticidad y nutrición.

Hay productos, que nos ofrecen lo necesario en uno solo, aunque el uso de serum y después crema, puede ser la mejor opción.

El serum aporta activos más concentrados, su absorción es rápida y ayudará a la mejor acción de la crema posterior.

La crema de noche es fundamental, ya que será la encargada de reparar el daño y ser la base de la prevención, del día siguiente.

En el caso concreto de pieles, que tienden a enrojecerse o despellejar, aún hay que poner más hincapié en su cuidado.

El ritual ha de ser diario, limpieza, exfoliación e hidratación.

No solo nos toca cuidar de la piel por el frío, también porque debe estar perfecta, para cuando llegue el calor.

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