Han sido días intensos de calor, de pasar muchas horas al aire libre, de agua de mar, de piscina y sobre todo de exceso de sol.
Nuestra piel ha adquirido ese tono bronceado, que tanto nos favorece, incluso nuestro pelo está distinto al resto del año.
Esta metamorfosis, habla de cuanto hemos aprovechado el tiempo, pero tiene efectos secundarios que nos toca paliar.
La piel
Los melanocitos, son las células que forman nuestra piel y son los encargados de producir la melanina.
Con la exposición al sol, la melanina se oxida y oscurece, evitando así el perjuicio que algunos rayos( UV ), pueden acarrearnos.
Según nuestro tipo y tono de piel, el resultado puede ser distinto, si nuestra piel es clara se enrojece al exponerse a las radiaciones, si es de un tono moreno medio, notaremos como se oscurece de forma paulatina, según el tiempo que la sometamos a dicha exposición y si somos de piel oscura, apenas se percibirá el cambio de tono.
Las células muertas de la piel, iran desapareciendo poco a poco y con ellas la melanina oxidada y el color adquirido durante el verano.
El envejecimiento prematuro, la sequedad, las pieles muertas y con aspecto de suciedad, son algunos de los efectos secundarios, que deja la época estival y que debemos atajar antes del cambio de estación.
Exfoliación: Es la primera aliada en esta recuperación, debemos ayudar a que nuestra piel de deshaga de esas células muertas.
Tan necesaria es en la cara, como en el resto del cuerpo, sobre todo porque es el primer paso hacia la recuperación y hay zonas que se ven afectadas.
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Rostro: Usar un jabón facial o una crema efecto exfoliante, ayudarse de una esponja natural o de un cepillo de limpieza facial y retirar con abundante agua. Hay en el mercado distintos productos, que están recomendados para realizar esa función y que dan un excelente resultado.
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Cuerpo: Se puede administrar un gel neutro o con la mínima cantidad de alcohol y perfume, y ayudarnos de un guante de crin o una esponja natural, aunque es aconsejable para ciertas zonas ( codos, piernas, espalda ) usar gel exfoliante.
Hidratación: La clave para recuperar nuestra piel y para prepararla antes de las inclemencias del tiempo, en las próximas estaciones.
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Rostro: El sol nos aporta cosas muy positivas, pero pasa factura, por eso es necesario hidratar en profundidad, es la única manera de reparar y mejorar lo que se ha estropeado durante estos días. Tenemos que ayudar a la actividad celular, necesitamos cremas que aporten agua, colágeno, elastina y ácido hialurónico, productos que nos devuelvan vitalidad.
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Cuerpo: La sequedad en algunas partes se hace notable, las zonas más afectadas deben ser tratadas con continuidad, el poner solo la crema en las piernas porque las vemos mal, no es suficiente, tu piel merece el cuidado diario que necesita.
Debe convertirse en una auténtica rutina, tras la exfoliación y la ducha ( agua fría si es posible), toca aplicar el tratamiento que decidamos.
Cuando el bronceado vaya desapareciendo y volvamos a nuestro tono de piel natural, debe tener un aspecto sano, no uno envejecido y descuidado. Cuando llegue el invierno, debemos tener preparada nuestra piel, para luchar contra el frío, algo que también le afecta.
El pelo
Es otro de los grandes perjudicados del verano, el sol, la sal del mar, el cloro de las piscinas, todo son agresiones durante las vacaciones y ahora en la vuelta a casa, toca mimarlo.
La hidratación es de nuevo algo trascendental, intenta usar champús suaves y sin sulfatos, para evitar mayor sequedad, usa mascarillas hidratantes, como mínimo dos veces por semana, así además del cuidado evitarás el encrespamiento.
En la medida de lo posible, hay que evitar secadores y planchas durante esta época, ya que el pelo ha sufrido una gran deshidratación y secarlo al aire sería mucho más aconsejable.
Pasar por la peluquería es cita obligada, no es necesario cortarse el pelo, pero la parte más débil, suele ser la más afectada, así que esas puntas hay que quitarlas para sanear.
Para completar el cuidado post-vacacional, es muy importante la alimentación, la hidratación desde dentro va a ser un gran beneficio en la recuperación. Beber mucha agua, comer frutas que nos aporten vitaminas y huir de la cafeína y el alcohol, que influyen en la deshidratación.
Cuando llegue el otoño, estaremos preparados.